martes, 25 de septiembre de 2007

ADVERSION AL SEXO ( 3 de 3 )


Superar el problema

El primer paso para superar un problema es reconocer que se tiene. Sin embargo, según afirma Zubieta, «hay mucha gente que no acude nunca a una consulta y que opta directamente por no tener pareja o que, cuando ya vive con otra persona, tarda hasta tres años en visitar a un médico». «No es necesario que los dos miembros de la relación padezcan una disfunción, a veces, sólo uno presenta el problema. Y esto es lo más curioso, porque hay personas que pueden tardar diez o veinte años en acudir a una consulta, la mayoría de las veces porque al desarrollar este tipo de fobia o disfunción tienen un condicionamiento, una forma de pensar, que les da vergüenza admitir. Temen reconocer esa sensación de incomodidad con su sexualidad», añade.

En este sentido, el doctor Mariano Rosselló distingue un tratamiento para cada causa, que puede estar basado en psicoterapia o en una prescripción farmacológica, psicosedante, o de hormonas en parches, geles, pastillas o inyecciones. A las mujeres postmenopáusicas se les administra dosis de andrógenos en gel, que se extiende en la piel de la pantorrilla para que sea absorbido al torrente sanguíneo y le ayude a tener un mayor deseo sexual. En cuanto a las pastillas, inyecciones y parches de hormonas, se utilizan más en hombres, mientras que siempre que se puede se evita recetar antidepresivos o ansiolíticos porque producen el aumento de la hormona del estrés, que contribuye a que haya más aversión al sexo.

En cuanto a la duración del tratamiento, ésta depende de la causa de la aversión sexual, así como del diagnóstico y de la respuesta a los tratamientos. Cuando el grado de aversión no es muy alto, el paciente supera su problema en apenas unos meses, siempre y cuando sea constante y siga las recomendaciones del médico. «De lo contrario, puede darse cierto índice de deserción porque el afectado no experimenta ningún avance o teme que puedan pasar varios años hasta que consiga no sentir temor al sexo», matizan desde la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología.

La terapia con el psicólogo comienza a menudo con una entrevista en la que se elabora una historia sexual del paciente y se intentan detectar las ideas o pensamientos irracionales que provocan la fobia, una aversión que, para Zubieta «experimentan como al total del sexo, pero que en realidad es sólo a un punto o varios puntos concretos de la relación sexual». Existen varios grados y, mientras que algunos son más llevaderos y el paciente logra adaptar su fobia a su situación, otros grados son más intensos, más complejos, y están entretejidos con otros problemas. «Dependiendo del grado hay pacientes muy difíciles y otros que realmente son admirables porque están muy abiertos a la terapia, siguen las instrucciones, hacen los deberes que se les piden y que consisten en pequeños ejercicios para ir superando el problema hasta que, en cuestión de meses, logran resolverlo, frente a otros que pueden estar en terapia años, perder motivación y acabar desertando», asegura Zubieta. «Cuando una persona abandona el tratamiento la razón más común suele ser una falta de confianza en que puede curarse o a que las ideas que le llevan a padecer la aversión al sexo están muy arraigadas y superan el deseo de curarse».

El objetivo del tratamiento es descubrir si el miedo al sexo tiene un origen fisiológico o psicológico.

En el primer caso, cuando se produce una disfunción sexual, hay eyaculación precoz o se detecta que la medida del pene en erección es menor de 7,1 centímetros (micropene), hay que averiguar por qué se produce este trastorno, ya sea por causas hormonales, endocrinológicas, o de la presión sanguínea, entre otras.

El siguiente paso es derivar al paciente al especialista que pueda ayudarle a resolver ese problema. Cuando se trata de un problema psicológico, el tratamiento pasa por cambiar el pensamiento de quien siente esa aversión irracional, no fundada en un problema físico, y hacerle ver que el dolor, por ejemplo, no se produce porque existe una herida, sino porque los nervios bloquean el cuerpo.

Hay que darle la confianza que necesita y hacerle ver que sus miedos no tienen un fundamento lógico. «Hay personas que tienen un grado de ansiedad tan grande que sienten la necesidad de recurrir a los fármacos, pero sólo para disminuir la ansiedad, ya que la mejor manera de curar una fobia es con terapia. Cada especialista puede emplear un tratamiento u otro, pero los medicamentos suelen actuar, en muchos casos, como un placebo que les puede ayudar a sentir una cierta confianza en que pueden resolver el problema, pueden ayudar al paciente a llegar a un estado en el que se puede trabajar en terapia», explica Zubieta, para quien el 'punto fuerte' del tratamiento debe ser la reconducción y reestructuración de los pensamientos irracionales, hasta que el paciente los transforme en ideas racionales.

No obstante, también se puede recurrir a otras terapias, como el psicoanálisis, aunque éstas requieren más tiempo y un tratamiento más largo, que puede extenderse durante años, lo que provoca que el paciente abandone con más frecuencia la terapia al perder motivación. «Según el caso, se recomienda psicoterapia, con o sin medicamentos, mientras que si se trata de un problema hormonal, por ejemplo, lo general es que se prescriba un tratamiento sólo con medicamentos. No obstante, es necesario estudiar cada caso concreto y no dar por sentado un tratamiento u otro, porque lo que a priori puede parecer un problema psicológico, puede tener un trasfondo fisiológico que requiera incluso intervención quirúrgica.


ADVERSION AL SEXO ( 2 de 3 )


Consecuencias

El comportamiento habitual en una persona que padece aversión al sexo es evitar cualquier contacto sexual, mientras que el resto de su vida cotidiana lo vive con normalidad porque, apunta Zubieta, «para muchos pacientes incluso el rechazo al sexo es normal, porque lo han sentido desde siempre». En sus relaciones de pareja, se inventan excusas o supuestos dolores para no mantener relaciones y son capaces de acostarse en la cama sólo una vez que han comprobado que el otro ya está dormido. Se trata de retrasar una situación que, en realidad, esperan que no se produzca nunca, para lo que provocan discusiones en el momento previo de irse a acostar o descuidan su higiene personal buscando ser rechazadas por su pareja. Xud Zubieta explica que estas reacciones pueden evolucionar y causar en mujeres y hombres determinados comportamientos. En mujeres, un miedo desmedido al coito, que provoca que la vagina se contraiga y la penetración sea prácticamente imposible. En hombres, fobia a la penetración, a tener o mantener el pene dentro de la vagina, lo que provoca en la mayoría de los pacientes disfunción eréctil.

Son personas que suelen evitar las parejas y las relaciones largas o que, cuando las tienen, no logran una compenetración sexual

«Algunas personas han sido educadas en un condicionamiento o ambiente de rechazo al sexo no reproductivo y extramarital. En términos generales, se les ha hecho sentirse culpables en torno a su sexualidad y distanciarse de lo que sería una buena salud sexual», explica Zubieta, quien asegura que la mayoría de estas personas «optan por permanecer vírgenes durante toda su vida». Incluso en los casos en los que llegan a casarse, es posible que el matrimonio no se consuma porque por parte de los dos miembros de la pareja se muestra repulsión al sexo y sólo se deciden a acudir a un especialista cuando se plantean el deseo de tener un hijo y necesitan el coito para procrear. «Esto no es algo extraordinario ni lo más común», matiza Zubieta, «pero hay que tener en cuenta que la mayoría de las parejas con problemas no acuden a una consulta, por lo que desconocemos su problema, y, entre quienes sí acuden, ésta es una de las razones más habituales».

La aversión al sexo hace que quien la padece esté en un permanente estado de alerta y traduzca cada posibilidad sexual en un peligro. Por ello, se trata de personas que suelen evitar las parejas y las relaciones largas o que, cuando las tienen, no logran una compenetración sexual, hecho que les desanima. «Puede darse el caso de que cuando la mujer quiere mantener relaciones, el hombre no consiga la erección, o que cuando quiera el hombre, la mujer no consiga relajarse y los músculos de la vagina se contraigan e impidan la penetración. Existe un miedo importante a hacer o sufrir daño en los genitales», explica Zubieta, quien tampoco descarta que el rechazo al sexo pueda deberse al hecho de que uno de los dos miembros de la pareja sea homosexual y no lo haya reconocido, «aunque no suele ser lo habitual. Tampoco puede decirse que una persona sea feliz con su condición, es decir, sin practicar sexo, aunque su pareja lo acepte. Cada persona es un mundo y lo vive de una manera, pero siempre que hay un problema, hay una preocupación en mayor o menor grado».

ADVERSION AL SEXO ( 1 de 3 )

La fobia a las relaciones sexuales puede ser tan fuerte que la persona permanezca virgen durante toda su vida

· A veces el placer sexual puede convertirse en dolor. Las relaciones íntimas no siempre son deseadas por todos e, incluso, pueden resultar muy angustiosas para algunas personas. Es el caso de la aversión al sexo y a cualquier acto que tenga ver con él, desde la masturbación a la penetración. Este trastorno puede darse tanto en el hombre como en la mujer, que lo padecen desde siempre como consecuencia de un pensamiento irracional o a partir de un determinado momento de su vida en el que son sometidos a una situación de mayor estrés o tienen una mala experiencia íntima. El resultado de esta fobia al sexo conlleva que la persona afectada decida permanecer virgen para siempre, en lugar de intentar superarlo, o que una pareja no llegue a consumar su unión. Como media, una persona tarda tres años en reconocer lo que le ocurre y acudir a un especialista.

Reconocer el miedo

La aversión al sexo no entiende de edad. Puede afectar tanto a adolescentes como a adultos, a los que les avergüenza reconocer su problema, basado en una resistencia feroz a mantener relaciones sexuales. En este caso, el miedo puede estar relacionado tanto con la penetración como con el más mínimo contacto genital, puesto que hay diferentes grados y diferentes causas. Según los doctores Mariano Rosselló y Rosana Rodríguez, del Centro de Urología, Andrología y Sexología de Madrid y Palma de Mallorca, respectivamente, «las causas psicológicas son las más frecuentes, aunque en el caso de las mujeres perimenopáusicas, que se encuentran en la etapa previa a la menopausia o la tienen hace poco, las causas hormonales son muy comunes debido a niveles bajos de estrógenos, que les puede causar sequedad vaginal y dolor en el coito, o niveles bajos de andrógenos, que provoca falta de deseo sexual. En el caso de los hombres, la aversión al sexo suele estar relacionada también con problemas de hipogonadismo, es decir, con el déficit hormonal de testosterona».


El origen de este trastorno puede ser primario o secundario, lo que significa que quien lo padece ha tenido desde siempre aversión al sexo o que éste ha surgido en un momento determinado por algún problema personal o de pareja, una situación de estrés o abuso sexual, o un problema hormonal. Para el psicólogo-sexólogo Xud Zubieta, del Instituto Espill de Valencia.

«Aunque la causa pueda deberse a traumas concretos, lo más común es que responda a pensamientos irracionales, que suelen carecer de lógica científica o tener una lógica subjetiva. Se trata de pensamientos que la persona desarrolla o adopta en un momento determinado de su vida y que pueden suponer que alguien, por ejemplo, asocie la noche con algo malo, con lo que no necesariamente todo el mundo lo asocia».

«Además, al tratarse de una fobia, su origen puede estar relacionado con cualquier aspecto que forma parte de las relaciones sexuales, cualquier punto concreto del proceso de la relación sexual, desde la aversión a aspectos visuales, olfativos o de texturas, casi siempre relacionados con pensamientos o ideas irracionales».

El rasgo esencial es un temor desmedido e irracional a las experiencias sexuales y un deseo desmedido a evitarlas

Son precisamente estos pensamientos los que determinan los síntomas de la aversión, que pueden provocar en el paciente depresión, ansiedad o crisis de pánico en el momento de enfrentarse a una situación relacionada con el sexo u otra que también le asuste. En este sentido, la persona afectada puede experimentar los mismos síntomas en relación con la limpieza corporal y sentir obsesión por lavarse las manos muchas veces al día, cada vez que cree que toca algo sucio, o ducharse siempre antes de practicar sexo.

«Los síntomas principales de la aversión al sexo son variables, pero los más frecuentes son la ansiedad a la hora de realizar el acto sexual, el miedo al embarazo, la contractura vaginal, experiencias sexuales muy traumáticas o frustrantes y 'conductas de evitación' a la situación de contacto sexual, lo que hace que la calidad de vida de este paciente y su pareja se deteriore o que, en el caso de que la persona no tenga pareja, dificulta mucho que la encuentre», reconocen Rosselló y Rodríguez.

En definitiva, el rasgo esencial de la aversión al sexo es un temor desmedido e irracional a las experiencias sexuales y, en consecuencia, un deseo compulsivo de evitarlas. El miedo abarca desde el hecho de ser vistos desnudos hasta el rechazo al contacto con el semen, la masturbación, el sexo oral y la penetración. Lo que para unas personas es sinónimo de placer, para otras supone una verdadera angustia que se esconde detrás de frases como 'no le doy importancia al sexo' o 'mi pareja y yo nos queremos como dos hermanos'. Afecta por igual a hombres o mujeres, aunque parecen ser ellas quienes lo reconocen con mayor frecuencia, tal y como aseguran los expertos consultados.

«Claramente, las mujeres tienen menos vergüenza a reconocer su problema, sobre todo las mujeres posmenopáusicas. Esto coincide con el hecho de que los hombres, aunque padecen también este problema, no tienen tanta aversión al sexo, sino que su rechazo a las relaciones sexuales está más relacionado con problemas de identidad sexual o disfunciones. En los hombres la aversión es más puntual.

sábado, 22 de septiembre de 2007

UN BESO, ¿ES UN EXAMEN?

Un estudio científico demuestra que las mujeres evalúan a sus parejas a través del beso, mientras que para los hombres es sólamente un indicador sexual.

Según un estudio, de la State University of New York (E.U.), publicado en la revista Evolutionary Psychology, los besos permiten a las mujeres evaluar a quien podría convertirse en su compañero sentimental. En cambio, para los hombres, no son tan importante y los consideran un ingrediente más que aumenta las probabilidades de un encuentro sexual.

Las encuestas que realizaron los expertos, y en las que participaron mil estudiantes, revelaron que los hombres no eran tan exigentes al decidir a quién besaban o con quién tenían relaciones íntimas. La investigación revela que los varones están más dispuestos a hacer el amor con alguien a quien no han besado, alguien que besa mal o incluso una persona a la que no encuentran atractiva.

Para las mujeres, en cambio, los besos son un mecanismo que permite crear lazos afectivos. Además, siguen siendo importantes a medida que la relación avanza. En cambio, con los hombres no ocurre lo mismo. Otro dato de interés, los hombres prefieren los besos húmedos, que incluyan la lengua.

Según Gordon Gallup, quien estuvo a cargo de la investigación, esta actividad se ha convertido en una parte esencial en el noviazgo. "Aunque ambos sexos participan en los beneficios adaptativos del beso, encontramos diferencias en lo que se refiere a la estrategia de cortejo a corto y a largo plazo".

Por su parte Glenn Wilson, experto en relaciones del Instituto de Psiquiatría de Londres, dijo que "todas las personas utilizan los besos como un mecanismo de evaluación y para estrechar lazos".

"Pero es un hecho que las mujeres discriminan más que los hombres. Ellos van por allí esparciendo su semilla, pero las damas son más responsables debido a las consecuencias, por eso hay más probabilidades de que ellas quieran hacer más evaluaciones".

RAZONES PARA LA INFIDELIDAD FEMENINA


El libro ¿Por qué somos infieles las mujeres?, de la psicóloga alemana Gisela Runte, analiza todas las razones, tanto de la decision de ser infieles, como los sentimientos posteriores, ya ha causado todo un revuelo a nivel internacional.

La autora afirma en su libro que las crisis de pareja, el deseo de tener experiencias nuevas o la insatisfacción sexual son las motivaciones más importantes para que la infidelidad de las mujeres.

La autora alemana entrevistó a mujeres de 28 a 56 años para buscar las razones que las llevaron al engaño y la pregunta central parece ser: “¿son las mujeres románticas, anhelantes de un amor puro para toda la vida, en continua búsqueda de un padre para sus hijos? Falso, la infidelidad femenina es un hecho y mucho más frecuente de lo que imaginamos”, dice Runte.

Una afirmación que, ya tiene cifras concretas, porque una encuesta hecha por el Centro de Estudios de Opinión Ciudadana (CEOC) de la Universidad de Talca a 400 mujeres de Santiago reveló que el 58 por ciento había sido infiel alguna vez. De ellas, el 65 por ciento tuvo un amante sólo por una noche, mientras que el 10 por ciento reconoció tener un romance paralelo a su relación.

Las diez razones que da Gisela Runte

INSATISFECHA SEXUAL
Las entrevistadas por Runte señalaron que tras intentar revivir las relaciones sexuales con sus cónyuges y frente al desinterés de ellos, su opción fue buscar un amante.

Según el estudio universitario citado, el 17 por ciento de las mujeres considera la insatisfacción sexual como una causa de infidelidad. El 37 por ciento de las mujeres reconoció fingir orgasmos y 18 por ciento dijo no estar satisfecha con su vida sexual.

MUJER VENGADORA
A veces la infidelidad femenina es una reacción ante la traición de la pareja.

Recientemente se publicó el un testimonio de una mujer de 45 años que confesaba que tenía un amante porque su marido era “workalcolic e indiferente; no es un hombre malo ni mal padre, pero siento que es sólo una compañía, no alguien que me haga feliz”.

LA OPORTUNIDAD DE LAS VACACIONES
Según la autora alemana, Gisela Runte, las vacaciones ofrecen una seria posibilidad de coquetear y quizás concretar algún encuentro romántico extramarital. Al menos así lo confesaron gran parte de sus entrevistadas.

Según Runte, los lugares de vacaciones suelen ofrecer incentivos que la rutina no tiene. “Las diferencias climáticas y las culturas excitan los sentidos”, afirma. Estas suelen ser aventuras fugaces que muchas veces duran una noche. Según la encuesta hecha en Chile, es justamente una sola noche lo que suele durar el 65 por ciento de las infidelidades.

EN BÚSQUEDA DEL PLACER
El informe universitario aporta una serie de respuestas que justifica la infidelidad femenina como una búsqueda de experiencias nuevas.

Generalmente son mujeres más jóvenes que ven en los amantes una oportunidad de ganar experiencia en su vida sexual. Pasados los 35 ó 40 años la decisión de explorar la sexualidad pasa por permitirse sentir curiosidad por cosas no vividas antes. Para algunas mujeres, la infidelidad es como una asignatura pendiente.

HACIA LA RUPTURA MATRIMONIAL
La crisis de pareja fue la razón más recurrida por las mujeres que participaron en la encuesta chilena. El 38 por ciento de ellas la indicó como la causa de la infidelidad.

Cuando una mujer busca un amante suele deberse a que algo no funciona entre los cónyuges, ya sea en el ámbito sexual o emocional: “Ahora, si una mujer confiesa a su pareja que tuvo una aventura, quizás esté buscando terminar la relación. Los hombres, en general, no toleran bien la infidelidad de la mujer. Sin embargo, hay casos en que la relación se fortalece”.

CONFIDENTE Y AMANTE
Muchas mujeres, dice Gisela Runte, separan lo que significa el esposo de lo que significa su amante. Para ellas, éste es el sexo y el cónyuge el compañero para toda la vida. La autora cuenta el caso de Sara, quien busca amantes para vivir su sexualidad, aunque para ella la base de una relación es tener una buena amistad, como la que tiene con su esposo.

TEMOR AL COMPROMISO
Una razón muy recurrida por los hombres para justificar su infidelidad, pero en las mujeres también existe. Gisela Runte afirma que la falta de madurez, el temor al compromiso o simplemente las ganas de tener más aventuras en la vida son razones que, según las expertas, explicarían este tipo de engaños.

SENTIRSE DESEADA
Elsa (36) confiesa en el libro de Runte que su marido prefiere trabajar en su PC que verla desnuda. La falta de interés de la pareja es una razón para buscar un amante. Según la sicóloga Marta Soto, es común escuchar entre las mujeres que el amante les dice que están bellas y las llena de agasajos y que les dan toda la atención que sus parejas no les entregan.

MADRE Y ¿MUJER?
A veces los hombres olvidan que tienen una mujer y no sólo a la madre de sus hijos al lado. La faceta de mujer pasional y atractiva suele ser revivida a través de un amante: “Mi marido me dijo que no podía hacer conmigo las mismas cosas que antes, que era mamá, que le daba cosa. Me sentí pésimo. Hasta te hace sentir como desubicada por querer jugar en la cama. No he sido infiel, pero hay un amigo que me encuentra atractiva... y eso es súper excitante”.

INFIDELIDAD PLATÓNICA
La infidelidad platónica es más frecuente de lo que se cree. Incluso, muchas mujeres utilizan a este amante ficticio para excitarse. Ellas fantasean con tener una relación con hombres que no existen, pero también con personas que están en su entorno más cercano. No llegan a concretar nunca este amor platónico, porque es realmente imposible o porque no se atreven a saltar las barreras que implica ser una mujer infiel.

EL REMORDIMIENTO DESPUÉS DE LA INFIDELIDAD
Pero este placer no es gratis. Tanto el texto de la alemana como la encuesta realizada en Chile, muestra que las mujeres que son infieles sienten un gran remordimiento.

De hecho, la encuesta chilena muestra que el 60 por ciento de las encuestadas cree que las mujeres sienten remordimientos después de una infidelidad.

“La decisión de ser infiel es seria. Sin embargo, a menudo hay otro asunto de importancia y que pesa en las conciencias de las mujeres: cómo vivirán con ella una vez ocurrida. Deben decidir si quieren o no hacer público su secreto”, comentó Gisela Runte en su libro.

GRACIAS


Gracias a todas las personas que mostraron interés por mi.

viernes, 14 de septiembre de 2007

LAS CAUSAS DE LA INFIDELIDAD


Estos son algunas causas del porque se da la infidelidad en la pareja:

-La infancia: la manera en como se vivió en la infancia, determina las formas de conducta de la familia y la persona en la edad adulta. Por lo tanto una persona que de niño fue desatendido, extremadamente sobre protegido, inseguro, proveniente de una familia disfuncional, o en donde no hay la promoción de valores y principios, es más probable que cuando mayor sea infiel a su pareja.

- Vacío: la soledad, el aislamiento, desesperanza o una depresión sin explicación, provocan inestabilidad en los matrimonios. Cuando aparece ese sentimiento de vacío en una de las partes, la persona tiende a seguir buscando a su "pareja ideal", y aunque no sabe lo que realmente quiere, es infiel.

- Otro de los factores que provoca la infidelidad se refiere a la elección de la propia pareja.- después de un tiempo, él o ella se dan cuenta de que no son compatibles y tal vez durante un tiempo pudieron sobrellevar la situación, pero después fue imposible.

-Búsqueda de nuevas experiencias: esto ocurre sobretodo en personas que no han tenido relaciones con otras personas.

-El sentimiento de menosprecio: una vez que ha pasado la etapa de enamoramiento en la pareja, ésta se enfrenta a la realidad, olvidando a aquella persona que tanto se idealizaba, ahora sus conductas ya no son placenteras en la convivencia, por lo que se defraudan las expectativas. Por otro lado hay un abandono mutuo en la pareja, centrándose cada uno en sus objetivos personales y no en los de ambos, así que si aparece otra persona que los haga sentir más valorados, se elige inconscientemente como nueva compañera.

- La monotonía: esta es uno de los más grandes enemigos en la relación de pareja. Un matrimonio sumido en la rutina y en el aburrimiento esta más vulnerable, por lo tanto si llega alguien que ofrece un panorama distinto, lleno de encantos, novedades, riesgos y demás cosas de que carece la relación conyugal, es muy probable que se acepte.

- La vida sexual deficiente: aunque no es el único elemento en la relación de pareja, si es muy importante, por lo que si una de las partes no se siente satisfecho sexualmente tiende a buscar fuera de la relación la satisfacción sexual que no encuentra en su pareja, a pesar de amarla. El que ella o él no satisfagan al otro o no quiere llevar a cabo sus fantasías sexuales, le crea un sentimiento de enojo y venganza, llevándolo(a) a tener relaciones sexuales con otra persona.

-Interferencia de la familia (padres): otro factor que influye para que la infidelidad se de es la intervención de los padres en la vida matrimonial de sus hijos, lo cual viene de la mano con la dependencia emocional de la pareja. Ya que al no establecerles límites, provoca que halla sentimientos de abandono y poco valor hacia el otro, llevándolo a buscar una relación extramarital.

-Ya no sienten lo mismo: cuando el enamoramiento que existía en un principio en la pareja se ha ido acabando y se vive en el hastío de una relación, mientras que al mismo tiempo una de las partes necesita seguir satisfaciendo su necesidad de seguir enamorado, es muy común que busque vivir nuevamente ese sentimiento con otra persona.

-No perder la idealización de la pareja: otro factor causante de la infidelidad es cuando una de las partes desea que su pareja la siga idealizando y para evitar modificar esa imagen elige como amante a una persona totalmente opuesta. Con ella es con quien llevan a cabo todas sus fantasías sexuales y no con la pareja.

-Miedo a perder la libertad: cuando la pareja es asfixiante o una de la partes tiene miedo a perder su independencia y quedar atrapados en una relación, intenta sentirse libre cometiendo actos de infidelidad.

-Por lo que se tiene: en muchas ocasiones, también se llega a ser infiel, cuando uno de la pareja por haber obtenido poder, dinero y una posición social, siente que se ha ganado el derecho a tener un mayor potencial sexual con el sexo opuesto.

-Cuando la pareja lo permite porque sabe que la relación esta mal: se da sobre todo cuando ambos se dan cuenta de las deficiencias de su relación, y por lo tanto están de acuerdo en que los dos o a veces uno tenga relaciones extramaritales con otra persona, de tal forma que con ella pueda satisfacer lo que le hace falta en su relación con su pareja estable.

¿QUE ES LA INFIDELIDAD?


De Wikipedia, la enciclopedia libre.

La Infidelidad es el incumplimiento del compromiso de fidelidad. En su acepción más común, la fidelidad se engloba en un concepto sexual, que viene a determinar que sólo se deben mantener relaciones íntimas con la persona que hemos decidido mantener a nuestro lado, es decir, con nuestra pareja. El concepto de puede variar según nuestras concepciones, pero puede ser entre hombre y mujer, hombre con hombre y mujer con mujer. Por tanto, la infidelidad es quebrar ese pacto tácito de mantener relaciones sexuales con la persona que hemos escogido libremente como pareja.

Sin embargo, la infidelidad puede significar la rotura de cualquier compromiso que hayamos tomado libremente y, que por cualquier circunstancia hayamos querido quebrantar, no obstante no significa lo mismo que adulterio.

La infidelidad antiguamente, Hemos tomado como referencia la parábola de Jesús, que decía "quien este libre de pecado que lance la primera piedra"; esta parábola trata acerca de una mujer que comete "adulterio" con su esposo, lo cual demuestra que le infidelidad era castigada brutalmente por unos, aunque por otros era aceptada.

lunes, 10 de septiembre de 2007

Y A VECES DECIMOS QUE NO PODEMOS.

Decidí publicar este vídeo, por la esperanza que brinda, la fe, el amor, por que debemos dar a otros cariño y amor, la manera tan sutil que nos enseña este joven, nos hacer ver la importancia que tienen ciertas cosas a las que realmente nunca le damos importancia, debemos vivir la vida y disfrutarla a plenitud y él nos muestra como debemos vivirla para nosotros y con los que nos rodean, y sobre todo dar GRACIAS A DIOS, por permitirnos vivir y ser como somos.

sábado, 8 de septiembre de 2007

INFIDELIDAD FEMENINA


Es indudable que las costumbres, están cambiando con el tiempo. Años atrás hablar de infidelidad era algo que se entendía como propiedad única y exclusiva del hombre. Al mismo se lo consideraba, sexualmente hablando, "polígamo"; con mayor incidencia en las relaciones sexuales con varias mujeres; y estadísticamente hablando, el mismo no se involucra, no "se enamora" en sus relaciones sexuales extramatrimoniales en la "gran" mayoría de los casos.

La mujer en cambio, tendía a la "monogamia", a una sola vinculación sexual. Además hasta años atrás, el modelo sociocultural preponderante, para la sociedad, la cultura, la religión y la ley, era el "matrimonio" que "intenta" dirigir o regir nuestras relaciones sexuales. Y la mujer o se adaptaba; o permanecía dentro de esta tendencia. Toda la que se apartaba de esta "norma", la descontrolaba e interfería en su comportamiento y sentimientos. Es bueno agregar que la mujer, es más sentimiento, emocionalidad; la mujer "por lo general" se enamora en sus relacione sexuales de pareja o extrapareja.

Revolución Sexual Femenina

Pero hoy día muchos aspectos están cambiando en la conducta y comportamiento sexual de las mujeres; en el concepto de pareja; o matrimonio; y ello generalmente, sorprende sexual y psicológicamente a los hombres. Es lo que se denomina como "revolución sexual femenina" que viene como resultado de que la mujer haya adquirido "independencia reproductiva" con los métodos anticonceptivos. La mujer con este avance, hoy, puede decidir sus embarazos; económicamente; la mujer trabaja, puede sufragar sus gastos; social, pues el concepto de matrimonio, y la aceptación social del divorcio, han variado la posición de la mujer en la sociedad y ello redunda en la "independencia sexual"; la mujer puede elegir y decidir, el como, donde, cuando y con quien tener relaciones sexuales.

Todo ello ha cambiado bastante, las estadísticas en clínicas de consultas, muestran que en los últimos años acuden cada vez más personas o parejas por razones de infidelidad femenina.

De un porcentaje de tratamiento sobre este tópico, en el 30% las parejas o los hombres deciden separarse, pero un 70% intentan reconstruir su relación.

Cuales son las principales causas que han llevado a la mujer a la infidelidad.

Primero debemos recalcar que la mujer de hoy está más informada sobre los aspectos de su sexualidad. Se informa a través de los medios de comunicación, en sus conversaciones de grupo de mujeres; que existe el orgasmo femenino, que puede conseguirlo y como hacerlo. Se actualiza y muchas veces percibe o consulta y determina claramente que "no" es ella la causa de su falta de orgasmo o Anorgasmia, sino que la causa es secundaria a su persona.

Causas de Infidelidad Femenina Vs. Eyaculación Precoz

Entre las causas más frecuentes de infidelidad femenina surge con fuerza "La Eyaculación Precoz": en la eyaculación precoz el hombre no puede controlar su eyaculación para satisfacer a su pareja, y surge como una de las más importantes quejas femeninas. Sin equivocarnos podemos afirmar que un porcentaje importante de eyaculadores rápidos llega a la consulta cuando ya sus parejas le han sido infieles. En las mujeres de hombres con eyaculación precoz, la relación sexual es desagradable y la rechazan; muchas de ellas sufren secundariamente de otro problema, que es La Disfunción del Deseo Sexual.

Disfunción del Deseo Sexual

Disfunción del Deseo Sexual o Deseo Sexual Hipo-activo es otra razón por la cual la mujer busca satisfacer su sexualidad fuera de su contexto matrimonial o de pareja. La mujer, esta reclamando su satisfacción sexual de manera muy sutil y sumisa, debido a las grandes restricciones que aun existen en nuestras culturas y esta inquietud no parece preocupar, ni alarmar al hombre que la está escuchando.

Esto que he escrito en el párrafo anterior puede asombrar a cualquier hombre que le preste un poco de atención, lo que a veces nos ocurre a los hombres, circunstancia donde queremos ocultar nuestras debilidad y disfunciones machistas, pero es una realidad; muchas veces dramática. Pero los tiempos han cambiado y la conducta de las personas también.

En la población general son frecuentes las preocupaciones sobre la sexualidad y las disfunciones sexuales. Según estudios recientes:

· 30% de las mujeres entrevistadas carecían de interés por el sexo,
· 20% expresaron tener
relaciones sexuales no placenteras,
· 15% tenia
dolor con el coito (dispareunia),
· 50% refería
dificultad para excitarse,
· 50% tenia dificultades para lograr un
orgasmo y
· 25% eran incapaces de lograrlo.

A pesar de la importancia de estos aspectos en la salud de la mujer, muchas encuentran difícil expresar sus problemas sexuales a sus parejas y los médicos, y para muchos de estos, es incomodo hablar de los aspectos sexuales de sus pacientes, sin embargo, las encuestas revelan que la mayoría de las pacientes esperan que su medico sea capaz de ayudarles con los problemas relacionados con su sexualidad, y creen que es apropiado que se interrogue este aspecto.

La función sexual femenina tiene múltiples factores que la afectan:

Envejecimiento: Después de la menopausia el cese de la función ovárica presenta un efecto importante sobre la sexualidad femenina: disminución del deseo sexual y frecuencia del coito, reducción del tamaño de la vagina, adelgazamiento de las paredes y disminución de la elasticidad vaginal, disminución de la sensibilidad del clítoris, reducción del tono muscular del piso pélvico, menor producción de lubricación vaginal, tiempo mas prolongado para lograr la excitación, orgasmos menos intensos y en menor número y cambios sensitivos y anatómicos en senos.

Fármacos: Antihipertensivos, diuréticos, antidepresivos, antipsicóticos, anfetaminas, antihistamínicos, narcóticos, benzodiacepinas, alcohol, etc.

Enfermedades crónicas: hipertensión arterial, enfermedad isquemica cardiaca, enfermedades renales crónicas, diabetes mellitus, cáncer, trastornos neurológicos degenerativos, antecedentes de cirugías genitales, etc.

Ahora bien, también tenemos lo siguiente, la disfunción sexual femenina es la alteración que se produce en la relación sexual por uno o varios de los siguientes trastornos:

Trastornos del deseo sexual: Deseo sexual disminuido, inhibido o aversión sexual. Estas pacientes tienen poco interés por la estimulación sexual. Conservan su capacidad para excitarse sexualmente y lograr un orgasmo si su pareja la estimula adecuadamente. Este trastorno se desarrolla durante la edad adulta luego de un periodo de funcionamiento sexual adecuado. Es la disfunción sexual más frecuente y la más difícil de tratar. Las causas más frecuentes son:

· enfermedades medicas crónicas,
· fármacos,
· depresión,
· stress,
· envejecimiento,
· fármaco dependencia,
· alcoholismo,
· ortodoxia religiosa,
· alteraciones de personalidad,
· desviación sexual oculta,
· temor al embarazo,
· enfermedades de transmisión sexual,
· antecedente de abuso sexual,
· inexperiencia de uno o ambos compañeros, etc.

El tratamiento de estas pacientes requiere terapia individual para corregir la causa y consejo por terapeuta sexual.

Trastornos del orgasmo: La disfunción orgásmica femenina se caracteriza por el retraso persistente o recurrente del orgasmo o ausencia del mismo, después de una fase de excitación sexual normal que genera tensión y dificultades interpersonales. La falta de orgasmos o anorgasmia primaria (nunca han tenido un orgasmo) se presenta en un 5 a 10% de las mujeres y es mas frecuente que la anorgasmia secundaria o adquirida. La causa psicológica más frecuente de anorgasmia es la auto-observación durante la fase de excitación que se acompaña de ansiedad y pensamientos distractores, negativos o de baja autoestima. También son causas de anorgasmia problemas afectivos con la pareja, depresión, fármaco dependencia, enfermedades médicas crónicas, fármacos, trastornos neurológicos, etc. El tratamiento generalmente esta dirigido a controlar la causa subyacente y programas de ayuda con terapeuta sexual.

Trastornos por dolor: Dentro de las causas más frecuentes, tenemos el vaginismo y la dispareunia. Estas dos causas son susceptibles de tratamientos médicos por parte de los ginecólogos.

Vaginismo: es la contracción involuntaria, recurrente o persistente de los músculos del piso pélvico que rodean el tercio exterior de la vagina cuando se intenta penetración con el pene, un dedo, un tapón higiénico o un especulo. Es un reflejo involuntario que se desencadena por alguna de estas acciones reales o imaginarias. Puede ser global, cuando se presenta ante todo tipo de intento de penetración vaginal, o situacional, caso en el cual lo único que no puede realizar es el coito.

Muchas mujeres tienen deseo sexual normal, lubricación vaginal y orgasmos normales con la masturbación, pero son incapaces de efectuar el coito. Este trastorno es relativamente raro y afecto al 1% de las mujeres. Puede ser una reacción condicionada a una experiencia desagradable, como abuso sexual, exploraciones pélvicas dolorosas, inicio de relaciones sexuales traumáticas. Puede ocurrir de manera secundaria a ortodoxia religiosa, preocupaciones sobre la orientación sexual, miedo a la penetración, conceptos erróneos de su propia anatomía, miedo al dolor físico. Otras causas menos comunes son trastornos médicos, endometriosis, infecciones, himen imperforado. Como la causa del vaginismo suele ser psicofisiologica en la mayoría de los casos, estas pacientes no deben ser sometidas a intervenciones quirúrgicas para aumentar el tamaño del introito vaginal a menos que tengan alguna alteración anatómica que sea susceptible de corrección. El tratamiento del vaginismo tiene como objetivo eliminar el espasmo vaginal involuntario. Para esto se han diseñado las siguientes medidas:

· Ayudar a la paciente a familiarizarse con su anatomía y conocerla correctamente.
· Fisioterapia pélvica: utilizando técnicas de bio-rretroalimentación electroestimulación en los músculos vaginales para lograr la relajación de estos.

Dispareunia: Es dolor genital que ocurre antes, durante o después del coito en ausencia de vaginismo. Es la disfunción sexual más frecuente que atienden los ginecólogos y se estima que afecta al 60% de las mujeres durante toda su vida. Puede ser primaria (desde el inicio de las relaciones sexuales) o secundaria (aparición posterior). La experiencia repetida de dolor genital puede causar ansiedad, dificultades interpersonales y por ultimo evasión sexual. Las causas suelen clasificarse de acuerdo al sitio del dolor.

Superficial: Vulvo-vaginitis (que no es otra cosa que la inflamación, irritación, o la infección de los genitales externos), himen imperforado o rígido, malformaciones congénitas de la vagina, cicatrices de partos anteriores, atrofia vaginal posterior a menopausia, lubricación insuficiente.

Media: Vagina corta, alteraciones de la vejiga y la uretra, prolapsos genitales.

Profunda: Lubricación insuficiente, infección de genitales internos (EPI), tumores pélvicos, endometriosis, útero en retroversión, miomatosis uterina, colon irritable, espasmos músculos pélvicos El tratamiento consiste en el diagnostico adecuado de la causa y el manejo de esta. Para las pacientes con alteraciones de los músculos del piso pélvico que produzcan dispareunia, la fisioterapia pélvica es una opción poco invasiva y sin efectos colaterales que puede aliviar los síntomas asociados con esto.

Disfunción Eréctil

Otra importante causa de infidelidad femenina es la Disfunción Eréctil; los problemas de erección que impiden la satisfacción orgásmica de la mujer.

La "Liberación Femenina" es eje de cambios sociales, políticos y sexuales y evoluciona permanentemente; ello trae modificaciones, en la estabilidad de la pareja. La mujer está liberada económicamente y sexualmente, se ha convertido en eje de la economía de su hogar. Las nuevas leyes y conceptos del divorcio, del aborto, de nuevos casamientos, conlleva a la liberación legal social y sexual de la mujer.

El concepto de matrimonio y familia también ha variado. Los fines, roles y protagonismos, de los integrantes de la pareja, son diferentes. Estas nuevas concepciones traen por estadística mayores infidelidades y divorcios.

Autoestima Sexual

Un elemento importante en esta problemática constituye "la autoestima" de la mujer, que afecta su sexualidad; y a la inversa, la sexualidad negativa afecta la autoestima. Una sexualidad positiva es euforizante, porque se liberan sustancias cerebrales, que nos hacen sentir bien; y cuando es negativa, la mujer está descontenta; y está deprimida; y recordemos que el ser humano busca euforia, el placer y evita el displacer.

Ambos sexos, hombres y mujeres sufren extraordinariamente, frente a la infidelidad. Pero pareciera que la mujer está mas preparada histórica y culturalmente para enfrentarla y superarla; además el acto sexual es mas pasivo para la mujer. En cambio en el acto sexual; la erección deber ser "lograda", por el hombre. A diario estamos observando en nuestra experiencia que a pesar de la ayuda terapéutica con que cuenta la sexología clínica; el hombre "logra su erección" pero en el momento de la penetración, el recuerdo de las imágenes que surgen en su mente, frente a lo ocurrido, en la infidelidad de su pareja; produce una caída en su erección que complica la penetración, y ello es todo un desafío para nuestro quehacer terapéutico.

Y para terminar es bueno y oportuno citar para completar la información; que estudios de ADN y de Psicólogos de la Universidad de Seattle en Washington, mencionan que a muchas personas de ambos sexos, les es muy difícil mantener la monogamia por razones genéticas.

Dr. Oscar Sapena Pastor – Sexólogo Clínico
Dr. Francisco Javier Molina Torres, M. D., G. O. rehabilitación piso pélvico.