lunes, 23 de junio de 2008

VIRTUDES


Intenta encontrar las mejores virtudes de una persona y díselas. Todos precisamos de ese tipo de estímulo. Cada vez que elogian mi trabajo, me vuelvo más humilde, porque no me siento olvidado y no me siento despreciado.

Todo el mundo posee algún rasgo que merece elogio. Las alabanzas significan comprensión. Somos excelentes seres humanos en lo más íntimo y nadie es mejor que los otros. Aprende a valorar la grandeza del prójimo y serás capaz de ver tu propia grandeza.

Paulo Coelho

martes, 17 de junio de 2008

EL MEJOR LUGAR


A veces el mejor lugar para tocar el cielo es aquí en la tierra.

Todos los días Dios nos da, junto con el sol, un momento en el que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices.

La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar.
Paulo Coelho

viernes, 6 de junio de 2008

JABON DE CUABA Vs.HIGIENE INTIMA.



Conocer cuál es la forma correcta y cuáles pautas son las necesarias para lograr una adecuada higiene íntima es un asunto vital para toda mujer. Como es bien sabido, desde hace algún tiempo han surgido algunos mitos y temores relacionados al uso de ciertos productos utilizados para la higiene íntima de la mujer.

A pesar de no existir una referencia muy precisa de lo que realmente se debe o no hacer, son múltiples los hábitos de higiene íntima que tienen las mujeres de hoy día. Algunos, demostrados clínicamente y otros, que forman parte del saber popular que se transmite de generación en generación.

En este sentido, el doctor Gabriel De Peña, quien es ginecólogo, obstetra y cirujano cosmético explica que la mujer debe tener una higiene básica donde los lavados vaginales deben ser los suficientemente frecuentes para mantener la limpieza y no muy exagerada para no dañar el PH vaginal.

Según el especialista, una costumbre que las pacientes deben tener en cuenta desde pequeñas, es que cuando hagan sus necesidades fisiológicas se higienicen desde adelante hacia atrás, nunca en sentido contrario.

“Hoy en día, se debe tener mucho cuidado, y sería bueno que luego de ir al baño las mujeres se dieran un lavado y no higienizarse solo con papel de baño porque hay muchas bacterias que se mantienen en el área”, explica De Peña.

De acuerdo con lo que expresa el doctor Gabriel De Peña, lo que más se recomienda es que se realice solo la limpieza externa de la vagina con una frecuencia de dos a tres veces al día. Puede ser una en la mañana antes de empezar a realizar las tareas diarias, y otra en la noche antes de acostarse. Además, puede ser cuando la paciente lo requiera.

Esto es debido a que la vagina tiene su propio sistema de protección natural. Este sistema consiste en una descamación de las células de la mucosa que renueve un flujo blanco que no produce picazón, ni irritación.

El bacilo doderlein produce ácido láctico, lo que mantiene que la vagina tenga un PH de 4.5 promedio. Con ese PH ácido la vagina permanece protegida de contraer infecciones.

Si el PH aumenta, pueden aparecer bacterias y reproducirse. Si por el contrario, desciende mucho también puede producir daños en esta zona.

Como la vagina tiene su manera natural de mantenerse limpia, es recomendado realizar una higienización en la parte externa que puede hacerse perfectamente con un jabón desinfectante, incluso con el mismo jabón que se utiliza con el cuerpo, apunta De Peña.

Sobre duchas y enjuagues con relación a los diferentes productos químicos para el aseo vaginal que existen en el mercado, el doctor Gabriel De Peña indica que se pueden utilizar como un complemento a la limpieza habitual, pero que no son obligatorios.

Dice que siempre y cuando este tipo de productos mantengan un PH ácido para la vagina, no tienen ningún problema. Como el PH de la vagina regularmente es 4 a 4.5, el producto debe ser de 3.5 a 4 para mantener el PH en sus límites normales.

Aclara que las duchas intravaginales no son necesarias, y que están totalmente contraindicadas en aquellas mujeres que sufran de dolor crónico en la vagina o la vulva o que presenten algún tipo de molestias.

En la actualidad, existen muchas mujeres que prefieren utilizar productos químicos como las duchas y los enjuagues vaginales. Si a pesar de no ser necesario, usted prefiere usarlos, conviene tener en cuenta algunos factores.

Cuando la mujer está en la etapa de la post menopausia, tendrá una vagina más frágil y más reseca, por lo que tampoco debe abusar de estos productos.

Las mujeres embarazadas deben tener cuidado de que los productos que utilice no puedan perjudicar el embarazo.

Las jóvenes adolescentes que no han tenido relaciones sexuales no tienen necesidad de usarlos, con un jabón desinfectante es suficiente.

De interés El ginecólogo Gabriel De Peña explica que el jabón de cuaba es un excelente desinfectante, pero que no es un jabón que debe utilizarse dentro de la vagina porque puede cambiar el PH de esta.

Incluso, hay algunos centros de cirugía que están utilizando el jabón de cuaba en líquido para lavarse las manos.

Puntualiza, que es excelente para la higiene externa del área genital femenina porque no la reseca, a diferencia del vinagre que si puede alterar el PH natural.

Acerca de los productos químicos, no se debe abusar de su uso.

Si se produce resequedad, dolor o alguna otra alteración, deben dejar de usarse.

Procure mantener la vagina libre de infecciones, específicamente las causadas por hongos. Pueden producir resequedad de la mucosa.

Desde que el PH de la vagina se pierde existen bacterias que aprovechan para causar infecciones y enfermedades.

Los productos para uso vaginal deben decir en el envase el PH que contienen. Tenga en cuanta verificarlo antes de utilizarlos.

jueves, 5 de junio de 2008

JABONES


El jabón, ese producto que nos acompaña todos los días en el cuidado de nuestra piel, higienizándola y cuidando de mejorar su apariencia, ha ido tomando a lo largo de la historia diferentes formatos y variedades, una vez que se ha conocido cómo actúa sobre los distintos tipos de piel y sobre todo que en algunos casos puede producir irritaciones.

Informarse sobre la acción de los jabones permite desmitificar ciertas creencias, que en algunos casos son impuestas por la moda o por la necesidad de venta de un producto. Lo que realmente interesa es que cumplan con sus funciones primordiales, de limpiar la superficie cutánea, barriendo con las células muertas y los agentes externos que permanezcan en su superficie.

La mayoría de los jabones se hacen con sebos de grasa animal, ya que tienen una mayor duración y su precio es muy accesible. Sin embargo, presentan la desventaja de secar la piel y en ocasiones producir irritaciones y molestias en la piel.

Para que no se produzcan estos inconvenientes lo importante es que el jabón no sea muy alcalino, ni muy desgrasante, ni demasiado aromatizado (ya que puede ser nocivo para las personas con alergias), o que tenga agregados para reducir la sequedad de la piel.

La ventaja en este caso la brindan los jabones neutros, que tienen un pH similar al de la piel (entre 5 y 7). Si bien es cierto que existen distintos tipos de pieles y que en algunas hay una mayor sequedad y otras una mayor nivel ve grasa y que para cada una de ellas el efecto recomendado es distinto, en el caso de los jabones neutros se minimiza la sobre exposición a estos efectos, y sobre todo el exceso de aroma, color, consistencia o espuma que dejan de lado la importancia primordial de sus propiedades terapéuticas en la acción diaria.

De todas formas, se han diversificado los estilos de jabones según la característica propia de cada piel y las necesidades que requiere. Sin embargo, sus diferentes tamaños o estilos no implican que unos sean más higiénicos que otros. El jabón está hecho a base de componentes como el potasio y el sodio que permiten estimular su efecto.

Y debemos tener en cuenta que hay ciertas creencias sobre los jabones que hay que desmitificar, pues son más bien impuestos por la moda que un requerimiento higiénico:

  • Que un jabón sea más espumoso no quiere decir que sea más efectivo.

  • No se necesita utilizar un jabón especial para el cuidado íntimo, aunque es preferible utilizar jabones neutros de calidad para estas zonas tan sensibles
    Hay distintos tipos de jabones:

  • Los jabones comunes: sólidos y espumosos, hechos por lo general con sebo grasoso y sodio o potasio. Se indican para todo tipo de pieles y en algunos casos pueden usarse para lavar el cabello.

  • Los jabones humectantes: suelen tener aceites vegetales, otros poseen cremas humectantes en su composición, o grasas enriquecidos con aceite de oliva, avellana y otros. Los hay también de glicerina. Son útiles para las pieles secas o dañadas por el uso de detergentes.

  • Los jabones suaves: tienen en su composición aguas termales y son recomendados para las pieles sensibles.

  • Los jabones líquidos: que se presentan como una loción de limpieza. Su poder efectivo varía y no todos tienen la misma eficacia.

  • Los jabones dermatológicos: contienen agentes de limpieza sintéticos muy suaves, a los que se añaden vegetales que contribuyen a cerrar los poros, aliviando las irritaciones y frenando la aparición de acné o puntos negros. Con estos jabones la piel no se descama. Son recomendados para pieles que arrastran inconvenientes, ya sea de modo permanente o estacional, o ante apariciones puntuales de irritaciones.

  • Los jabones de glicerina: son neutros, no suelen humectar la piel, al contrario, en algunas ocasiones tienden a resecarlas y se recomiendan para las pieles grasas. Por lo general, la glicerina tiene un efecto más duradero que los jabones comunes.

  • Los jabones terapéuticos: son recetados por los médicos, algunos se recomiendan para psoriasis, para micosis cutáneas y otros para limpieza profunda de cutis.

Por último se encuentran los jabones utilizados por la mayoría que son aquellos aromáticos a los que se les agrega esencias florales o frutales, no recomendables para pieles sensibles o las personas alérgicas. También tienen un efecto relajante en algunos casos, según la esencia floral que contengan.


lunes, 2 de junio de 2008

SENTIR

No tenemos derecho a esperar de los demás, lo que nosotros no hemos ofrecido. Siempre nos preparamos a esperar o reclamar que nos tengan paciencia, pero no tenemos paciencia con los demás; esperamos y pedimos que nos comprendan, pero no nos preocupamos por ser comprensivos con los demás; esperamos que nos perdonen, pero no estamos dispuestos a perdonar. Seamos humildes y reconozcamos nuestros propios errores primeramente, demos nosotros el primer paso.

Incluso diría más. Creo que no podemos esperar que los demás actúen con nosotros, como nosotros lo hacemos con ellos. Aunque a veces sería lo más justo, lo más deseado, lo más esperado, pero no es lo que se esperamos.

Cada persona actúa en base a las cosas que cree o piensa, y no siempre responden de la misma manera que desearíamos, ni de la misma forma en que nosotros actuaríamos en su lugar, ni del mismo modo en que, en ocasiones similares, nosotros hemos actuado con ellos.

Puede parecer triste, quizá pueda serlo en parte, pero es una manera sana de entender que los demás tienen sus propios caminos, sus propias maneras de ver y entender las cosas, o simplemente su manera de no darse cuenta. y puede no gustarnos pero no podemos cambiar a los demás, solo asumir cómo son.

Tardé mucho tiempo no solo en entender esto, sino en asumirlo. Porque a veces damos demasiado y esperamos que los demás hagan lo mismo. Porque a veces damos tanto que creemos que lo normal es poder recibir lo mismo. Pero hay que dar, hacer, decir y actuar, sin esperar nada a cambio. Cada uno toma sus decisiones y vamos a actuar como una reacción normal, aunque luego a veces dudemos y nos duela.

Lo peor de acostumbrarse a dar, es que va a crear un sentimiento que, podría decirse que hasta trágico seria, el hecho de siempre dar crea un muro que no nos deja que recibir, es contradictorio lo que estoy diciendo ahora, pero si, así es, si no fluyen hacia nosotros sentimientos y acciones parecidos a las que brindamos, pues los mas seguro es que nunca sentiremos nada y con el tiempo, esta sensación triste pero verdadera hará nido en nuestro corazón.