Casi siempre nos quedamos esperando que nos provoquen, esto en el mejor de los casos, esperamos a que nos cortejen, que nos enamoren, que nos piropeen, que nos halaguen, alaben, etc., que se yo, cuantas cosas espera cada quien del otro. Pero estamos en lo correcto, no estamos presentando una imagen ficticia sobre nosotros mismos. Que tal si hacemos lo correcto, eh que dicen y tomamos la iniciativa, usando lo la psicología inversa.
Si aplicamos nosotros primeros la iniciativa, estaremos dando el ejemplo de la manera que deseamos ser tratado. Muchas veces mostrando una actitud activa ante quien deseamos la tenga con nosotros, podemos demostrar que necesitamos un cambio en la actitud pasiva. Posiblemente surja una modificación en el comportamiento pasivo, que exploten, que sientan un deseo similar al nuestro. Si nos quedamos con los brazos cruzados esperando una respuesta lo más probable es que todo se quede igual o simplemente desmejore, debemos dar el paso, demostrar que deseamos afecto y amor, dándolo a los demás, muchas veces ganaremos, en otras, simplemente no, podría ser por que el mensaje no fue escuchado o porque no organizamos bien el contexto del mismo. En dado caso de no tener la suerte de haber sido entendido nuestro mensaje, pues simplemente, saquemos la enseñanza de la situación y aprendamos de las repuestas negativas, lo más probable es que nos convirtamos en personas maduras y con más experiencia.
Muchas veces, si no toma la iniciativa, no es por que no queremos, sino por miedo. Por el maldito miedo al rechazo, Cuando el mas grande error es no atreverse. Los cobardes siempre tienen una excusa mediocre.
Siempre he hecho esta similitud, las relaciones de pareja las comparo con una mecedora que debe mecerse hacia ambos lados con la misma intensidad y directamente proporcional a la fuerza que ejerce una hacia la otra, cuando un lado no ejerce el mismo empuje, pues simplemente la otra también dejara de hacer fuerza.
Esta otra similitud la hago mentalmente, las relaciones de pareja las comparo con una mesa de tres patas, la primera es la comunicación, la segunda es la confianza y la tercera es el sexo, cuando unas de estos tres soportes falta pues simplemente es muy difícil mantener la mesa donde descansa la relación de pareja, imaginemos la falta de una de ellas:
· Comunicación y confianza, pero sin sexo
· Confianza y sexo, pero sin comunicación, y
· Comunicación y sexo, pero sin confianza.
En cualquiera de los tres escenarios es difícil mantener el buen desenvolvimiento, aunque existe un cuarto ingrediente que es esencial, por lo general no es determinante para todos, pero la excepción hace la regla, ¿cierto?, ese 4to. Ingrediente no es otro que el dinero, ah el amigo dinero, que cosa tiene la vida, pero así es, ahora imaginemos una relación así:
· Con sexo, comunicación y confianza, pero sin dinero.
¿Seria posible mantenerla así? Eso lo dejo a la consideración de ustedes….
Pero la iniciativa en las relaciones en principio ciega a quienes participan en una, aunque luego con el pasar del tiempo, simplemente se deteriora por la falta de unos de ellos.
Realmente debemos ser felices y disfrutar de la vida, tratar de que estos ingredientes afecten lo menos posible nuestra tranquilidad, ¿cierto?